Nos contó que en Suecia, cuando alguien recibe una invitación para tomar café, el anfitrión siempre ofrece bollos de canela (kanelbullar) y galletas.
Así, y acompañada por otras madres y padres, se organizó una tarde en la que los más pequeños fueron los absolutos protagonistas ya que se les “encomendó” la realización de figuritas que, una vez horneadas, dieron lugar a graciosas galletas que, junto a los kanelbullar, hicieron las delicias de los pequeños y también de los mayores.
(Lisa recreándose con sus kanelbullar)
Finalmente,
agradecerle a D. Adolfo Beltrán que colaborara con esta actividad cediéndonos
su horno y poniendo a nuestra disposición cuanto necesitáramos.
Más fotos, aquí.