El Artículo 8 del Capítulo 2 de NUESTROS Estatutos dice que “los socios propietarios son los fundadores o promotores y cualesquiera otras personas incorporadas posteriormente al Club, mediante la adquisición de un título de parte alícuota patrimonial (…)”.
Según el
DRAE, “alícuota” significa “proporcional”, o sea: que el Club es mío, es tuyo, es
suyo, y es nuestro… resumiendo: el Club es de TODOS.
Y en un
Club que es de TODOS, hay una serie
de señoras y señores quienes, motu propio
o por compromiso, deciden formar parte del órgano de gobierno, administración y
representación del Club: la Junta
Directiva.
Y entran
en la Junta Directiva de un Club con “un
título de parte alícuota patrimonial”. Esto significa que las obligaciones
y los DERECHOS del miembro de la Junta Directiva son
exactamente IGUALES que las de
cualquier otro “título de parte alícuota
patrimonial”.
Así que
cuando una socia o socio se incorpora a la Junta
Directiva, lo menos que podemos hacer el resto es AYUDAR.
Alguien
habrá que diga que se puede hacer menos… Sí, ya que no se ayuda, por lo menos DAR LAS GRACIAS.
Y
todavía habrá quien afirme que aún se puede hacer menos… Y es verdad, ya que no
se ayuda ni se da las gracias, qué menos que NO MOLESTAR.
Y es
cuando la Junta Directiva cierra las pistas no lo hace como medida coercitiva
sino preventiva: para evitar el deterioro de las mismas (que cuesta mi-tu-su-nuestro dinero repararlas) y también la
desfachatez de quienes reservan una hora y juega cinco sin abonarlas; no son
aceptables los gritos ni la mala educación al dirigirse a ningún miembro de la
Junta al igual que no es de recibo descalificar los actos oficiales del Club ni
agraviar a otros socios en chats de WhatsApp. Es inconcebible que mi-tu-su-nuestro Club tenga problemas para obtener cuórum en la Junta General ordinaria. Es sorprendente que se vote en contra de aumentar la cuota mensual en ¡¡2€!! (una cuota que no ha variado en años) y que después se exigan mejoras.
La Junta
Directiva se equivoca ¡por supuesto!, desafortunadamente las decisiones que se
toman no siempre son las más acertadas, pero la obligación y la responsabilidad
del resto de títulos de parte alícuota patrimonial es ayudar a subsanar los
errores porque éste es –alícuotamente-
N-U-E-S-T-R-O Club.
En tres
meses hay elecciones en NUESTRO Club
ahora es el momento de que los del vituperio a la sombra de una sombrilla o al
fresco de una terraza den el paso al frente y presenten su candidatura a
dirigir NUESTRO Club. Pero claro, qué
sencillo le resulta al experto en lanzada a moro muerto criticar la faena desde
la barrera.
Nosotros -el Club Villa de Granada, NUESTRO
Club- tenemos una particularidad en franca extinción: un arraigado componente familiar
y un fuerte compromiso social.
¿Cuántas
son las entidades en Granada donde lo deportivo ha crecido en detrimento del
aspecto familiar y social?.. NO en NUESTRO Club.
Afortunadamente
hay muchos socios que entienden y comparten esta idea y ayudan en lo que
pueden: desde organizar un taller de manualidades para los niños, pasando por transformar
una sencilla caja en un buzón para depositar las cartas a los Reyes Magos, o simplemente
llevando una bolsa con pelotas de playa para regalárselas a los más pequeños.
GRACIAS a tod@s quienes han asimilado el
concepto de NUESTRO Club por valorarlo,
mantenerlo e incluso fomentarlo. GRACIAS
también a quienes han formado parte de las diferentes juntas directivas por
sacrificar SU tiempo, SU dinero y SU vida privada por mi-tu-su-NUESTRO
Club.
Tenemos
que cuidar NUESTRO Club, es N-U-E-S-T-R-O y TODOS tenemos derechos pero también TODOS tenemos OBLIGACIONES.